Luis Fabiano es uno de los goleadores brasileños más destacados de la actualidad.
Es el pichichi de la Liga Española y, siempre que se lo permiten, marca goles en la selección de su país.
Hace unos pocos días decíamos que tiene la posibilidad de irse a jugar al Real Madrid. Lo cierto es que también Barcelona y la Roma, entre otros clubes, están interesados en ficharlo.
Y el jugador brasileño, basado en un triste incidente familiar (robaron a su familia a punta de pistola), se ha mostrado un tanto inseguro respecto de su futuro.
En declaraciones a la televisión de Catalunya, sostuvo: “Mi familia está muy asustada y no está pensando en quedarse en Sevilla. Estoy intentando hablar con ellos a ver si pueden cambiar, pero no está fácil”.
Y agregó: “Haré lo mejor que pueda con mi familiar y luego veré que tiene en mente Sevilla. Pienso que si estoy bien aquí, ¿para qué ir a otro equipo? Pero ya hablamos una vez y no llegamos a ningún punto, a ningún acuerdo. La cosa no va muy bien".
Sean creíbles o no los argumentos de éste, uno de los mejores goleadores brasileños, muchas veces los jugadores acostumbran a poner presiones de este tipo a los dirigentes para que los vendan. Si no, recuerden cómo hizo Riquelme para irse de Boca Juniors al Barcelona: dijo que su familia se sentía insegura en Argentina.
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